Cuando uno perdona y libera, no solo se quita de encima una pesada carga sino que además abre la puerta hacia el amor a uno mismo.
La mayoría, sino todos nosotros, sufrimos de alguna carencia de amor hacia nosotros mismos. Los bebés no dudan de su propia grandeza y perfección. No temen reclamar lo que quieren, expresan libremente sus emociones. Aman todo su cuerpo. Todos hemos sido bebés y nos hemos sentido así. Nacemos sabiéndonos perfectos y merecedores de todo lo bueno. Después empezamos a escuchar a los adultos que nos rodean y comenzamos a negar nuestra propia magnificencia. Aprendemos a sentirnos con la vida y con nosotros mismos en función de las reacciones de los adultos que nos rodean. Es decir, si hemos vivido con personas desdichadas, coléricas, asustadizas, críticas, con sentimiento de culpa, habremos aprendido cosas negativas sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre la vida.
Casi todos tenemos ideas absurdas sobre quienes somos y sobre cómo hemos de vivir la vida, ideas que muchas veces nos limitan y nos dificultan nuestra propia aceptación. Ejemplos:
Soy un perfecto imbécil
Estoy tonta
Las suegras son insoportables
El dinero cuesta mucho ganarlo
Las mujeres son malas conductoras
Los hombres son unos niños
A nadie le importa mi opinión
Piensa mal y acertarás
No te fíes ni de tu padre
Nadie me puede amar
Los niños son una lata La base de todo problema, malestar, sensación molesta es siempre la falta de amor por uno mismo. Cómo es bien sabido, nadie puede amar a otro si no se ama primero a sí mismo.Nos es muy difícil aceptarnos pues llevamos dentro esos supuestos defectos que nos hacen imposible amarnos tal como somos. Nos exigimos ser perfectos y si no lo somos no podemos sentirnos bien. Pero ¿y quién a dicho que debamos de ser perfectos? ¿Acaso conoces a alguien perfecto? Existen unos sencillos pasos en el sendero del respeto y aceptación de uno mismo:Dejemos de criticarnos: La mayoría tenemos el hábito de la crítica tan arraigado que no nos resulta fácil deshacernos de él. La mayor parte del tiempo ni siquiera somos conscientes de estar criticando o criticándonos. De bebés aceptábamos la vida tal como era. Al crecer incorporamos opiniones ajenas a nuestro sistema de creencias y empezamos a aceptarlas y considerarlas como propias. Aprendimos así a criticar.Es posible que nos hicieran creer que para ser una buena persona, responsable y eficiente era necesario que nos criticásemos a nosotros mismos. Esto es del todo incierto: las críticas no hacen sino imponernos la creencia de que somos unos inútiles, no dejando que aflore lo bueno que hay en nosotros.Una persona que critica suele ser muy criticada. Lo que damos lo recibimos de vuelta.Por lo general aquello que criticamos en los demás es justamente aquello que no nos gusta de nosotros mismos.Al criticarnos rechazamos aspectos de nosotros mismos y nos castigamos por no ser perfectos: comiendo en exceso, enfermando, fumando, bebiendo en exceso, comiendo alimentos que no nos benefician, etcPero ¿Para quién queremos ser perfectos? ¿Queremos satisfacer las exigencias y expectativas de alguien de nuestra infancia?¡Decídete a dejar atrás eso! Simplemente Sé. Descubrirás que eres una persona maravillosa tal como eres hoy. Si leyendo esto te suscita pensamientos tales como: “sí, pero no habla de mí” o “si supiera las cosas tan feas que hay en mi”, “no sabe lo mal que me porto”, entonces no has entendido que tú eres una persona maravillosa tal como eres ahora mismo; que haces lo mejor que puedes en función de tus conocimientos, conciencia y evolución de este momento preciso.Cuando cesa la crítica y surge el respeto y la aceptación por uno mismo es una delicia levantarte cada mañana y compartir un día contigo mismo. Descubrirás formas más positivas de satisfacer tus necesidades y de expresar lo que realmente eres.Cada uno de nosotros tenemos un papel único en la tierra, papel que oscurecemos al criticarnos.Dejemos de asustarnos¿Cuántas veces nos hemos ido a la cama imaginándonos lo peor que podría pasarnos en relación a un problema que tuviésemos?Por ejemplo: alguien no te llama cuando esperas que lo haga e inmediatamente te sientes indigno de amor, abandonado y rechazado. Decides no embarcarte nuevamente en ninguna relación.Esto es algo muy común en personas enfermas que imaginan lo peor. Ceden su poder a los médicos, las medicinas, las estadísticas, en lugar de confiar en su poder interior.En el trabajo alguien nos hace una crítica e inmediatamente comenzamos a pensar que nos van a despedir.Somos nosotros los que elegimos estos pensamientos paralizantes y negativos. Nadie puede pensar por nosotros y nadie puede meterse en nuestra mente e imponernos qué pensar. De la misma manera podemos sustituir estos pensamientos por otros positivos o por imágenes. Por ejemplo: cada vez que identifiquemos una de estas ideas paralizantes dite con fuerza: “No, ya no voy a pensar en eso. Ahora elijo pensar en…(imagina la mejor solución posible para el problema en cuestión)”Seamos amables, cariñosos y pacientes con nosotros mismosLa impaciencia es una resistencia a aprender. Deseamos tener la respuesta sin aprender la lección o sin dar los pasos necesarios.Puedes escoger ver tu mente como un trozo de jardín. Es un trozo de tierra en el que habrá muchas zarzas de odio a uno mismo, piedras de dolor, rabia, preocupación, tierra falta de alimento que la nutra. Es posible también que haya árboles llamados miedo, culpa, que necesiten una buena poda. Una vez que hayas limpiado el terreno de malas hierbas, zarzas, piedras, y hayas abonado bien el terreno, siembre algunas semillas de alegría y prosperidad. El sol brilla sobre tu jardín y la lluvia lo moja mientras tú lo abonas y cuidas amorosamente.El proceso requiere su tiempo y aunque al principio parezca que no sucede gran cosa, si tienes paciencia las plantas crecerán y se llenará de flores. Lo mismo sucede en tu mente, tu seleccionas los pensamientos que vas a cuidar y si tienes paciencia verás como crecen y crean el jardín de experiencias que deseas.Es posible que a veces nos equivoquemos y cometamos errores. La única forma de aprender es de nuestros propios errores. Seamos cariñosos con nuestra menteDejemos de culparnos y sentirnos culpables por tener pensamientos negativos. Son experiencias de las que aprender, no experiencias que nos derriban. Puede ser útil practicar ejercicios de relajación: colocándose en una posición cómoda hacer 4 o 5 respiraciones profundas. Al espirar di en silencio: “Me amo. Todo está bien”Son muy útiles también las visualizaciones. Visualicemos siempre resultados optimistas para todo lo que nos propongamos.ElogiémonosEmpieza por cosas pequeñas. Dite a ti mismo que eres una persona maravillosa. Dítelo de forma regular. Cuando te mires al espejo cada mañana dite: “soy genial”, “me amo”, “soy una persona maravillosa”, o cualquier otra cosa positiva que se te ocurra.Cuando emprendas una nueva experiencias, no te critiques, elógiate por haberlo hecho lo mejor que pudiste en ese momento. Sé constante. Con elogiarte un par de veces no es suficiente.Permítete pedir ayudaLa mayoría de nosotros nos hemos criado en la creencia de que debemos hacer las cosas solos y sin pedir ayuda. Especialmente en los temas que tocan emociones, sentimientos, etc. En lugar de intentar hacerlo todo solos, agotarnos y muchas veces no conseguirlo, la próxima vez pide ayuda. Amemos nuestros rasgos negativosTodos hemos hecho elecciones negativas en algún momento de nuestras vidas. Si nos enfadamos y/o castigamos por ello lo único que hacemos es perpetuarnos en esa elección. Ejemplo: un hombre creo una empresa con su hermano, pero por disparidad de opiniones la empresa fue a la quiebra. Continuamente pensaba en que podía haber hecho diferente, y se sentía fatal por haber emprendido aquella empresa. Este hombre no se daba cuenta de que ese “error” no era más que una experiencia de la que podía aprender una valiosa lección. Después de algunos talleres, este hombre comenzó a comprender y mejorar la relación con ese hermano y ahora han conseguido recomponer la empresa y venderla con grandes beneficios.Cuando identifiquemos una pauta negativa podemos preguntarnos: ¿Qué beneficio saco de esta experiencia? ¿Qué hay de positivo en ella? Si somos honestos podremos aprender a satisfacer estas necesidades de una forma más positiva y no dañina para nosotros. Algunas personas enferman como forma de llamar la atención de sus seres cercanos. Seguro que hay una forma más positiva de satisfacer esa necesidad que les lleva a buscar atención de forma tan dolorosa.Cuidemos nuestro cuerpoNuestro bienestar depende en gran medida de cómo nos sintamos en nuestro cuerpo. Si no nos alimentamos de forma adecuada, no hacemos ejercicio, etc será muy difícil que nos sintamos bien. La aceptación y el respeto por nosotros mismos pasa necesariamente por el cuidado de nuestro cuerpo.Son muy pocas las personas que conocen realmente cual es la forma de comer más adecuada para ellos: que tipo de alimentos les convienen, cuando, como deben de estar cocinados… Los alimentos procesados, refinados, el azúcar, la leche, etc son alimentos que deberíamos evitar en nuestras dietas. Podemos pensar: “pero yo no noto nada” En realidad es como echar una gota de barro en un baso de barro, no notamos nada. Y sin embargo si echamos una gota de agua en un vaso de agua limpia el efecto será abrumador.Del mismo modo el cuerpo humano está hecho para estar en movimiento y no para pasarse 8 o 10 horas sentado en una silla. Hagamos afirmacionesLas afirmaciones positivas dichas con fuerza mirándonos en un espejo tienen resultados muy positivos. Como sabemos nuestras creencias crean nuestras experiencias. Nosotros elegimos qué pensar. Las afirmaciones positivas son formas de reprogramar nuestros pensamientos hacia otros más positivos y beneficiosos. Las afirmaciones dichas con fuerza interior tienen un poderoso impacto en nuestro inconsciente, van creando nuevas experiencias y pautas de pensamientos. La constancia aquí es de suma importancia.Aceptémonos ya en este preciso instante No esperes a haber arreglado las cosas o a que los demás cambien para aceptarte y respetarte tal y como eres. El momento de poder está siempre en el presente, ahora.A partir del momento en que nosotros nos queremos a nosotros mismos, atraemos a personas que también se quieren y que nos quieren.El objetivo es conseguir el amor incondicional, y para lograrlo hemos de empezar por amarnos y aceptarnos a nosotros mismos.No estamos aquí para contentar a otras personas o para vivir conforme a sus directrices. Sólo podemos vivir a nuestra manera y caminar por nuestra propia senda. Cuando abandonemos el planeta no nos llevaremos a nuestra pareja, coche, casa, etc., sino a nuestra capacidad de amar.
La base de todo problema, malestar, sensación molesta es siempre la falta de amor por uno mismo. Cómo es bien sabido, nadie puede amar a otro si no se ama primero a sí mismo. Nos es muy difícil aceptarnos pues llevamos dentro esos supuestos defectos que nos hacen imposible amarnos tal como somos. Nos exigimos ser perfectos y si no lo somos no podemos sentirnos bien. Pero ¿y quién a dicho que debamos de ser perfectos? ¿Acaso conoces a alguien perfecto?
Existen unos sencillos pasos en el sendero del respeto y aceptación de uno mismo:
Dejemos de criticarnos:
La mayoría tenemos el hábito de la crítica tan arraigado que no nos resulta fácil deshacernos de él. La mayor parte del tiempo ni siquiera somos conscientes de estar criticando o criticándonos. De bebés aceptábamos la vida tal como era. Al crecer incorporamos opiniones ajenas a nuestro sistema de creencias y empezamos a aceptarlas y considerarlas como propias. Aprendimos así a criticar.
Es posible que nos hicieran creer que para ser una buena persona, responsable y eficiente era necesario que nos criticásemos a nosotros mismos. Esto es del todo incierto: las críticas no hacen sino imponernos la creencia de que somos unos inútiles, no dejando que aflore lo bueno que hay en nosotros.
Una persona que critica suele ser muy criticada. Lo que damos lo recibimos de vuelta. Por lo general aquello que criticamos en los demás es justamente aquello que no nos gusta de nosotros mismos.
Al criticarnos rechazamos aspectos de nosotros mismos y nos castigamos por no ser perfectos: comiendo en exceso, enfermando, fumando, bebiendo en exceso, comiendo alimentos que no nos benefician, etc
Pero ¿Para quién queremos ser perfectos? ¿Queremos satisfacer las exigencias y expectativas de alguien de nuestra infancia?
¡Decídete a dejar atrás eso! Simplemente Sé. Descubrirás que eres una persona maravillosa tal como eres hoy. Si leyendo esto te suscita pensamientos tales como: “sí, pero no habla de mí” o “si supiera las cosas tan feas que hay en mi”, “no sabe lo mal que me porto”, entonces no has entendido que tú eres una persona maravillosa tal como eres ahora mismo; que haces lo mejor que puedes en función de tus conocimientos, conciencia y evolución de este momento preciso.
Cuando cesa la crítica y surge el respeto y la aceptación por uno mismo es una delicia levantarte cada mañana y compartir un día contigo mismo. Descubrirás formas más positivas de satisfacer tus necesidades y de expresar lo que realmente eres.
Cada uno de nosotros tenemos un papel único en la tierra, papel que oscurecemos al criticarnos.
Dejemos de asustarnos
¿Cuántas veces nos hemos ido a la cama imaginándonos lo peor que podría pasarnos en relación a un problema que tuviésemos?
Por ejemplo: alguien no te llama cuando esperas que lo haga e inmediatamente te sientes indigno de amor, abandonado y rechazado. Decides no embarcarte nuevamente en ninguna relación. Esto es algo muy común en personas enfermas que imaginan lo peor. Ceden su poder a los médicos, las medicinas, las estadísticas, en lugar de confiar en su poder interior. En el trabajo alguien nos hace una crítica e inmediatamente comenzamos a pensar que nos van a despedir.
Somos nosotros los que elegimos estos pensamientos paralizantes y negativos. Nadie puede pensar por nosotros y nadie puede meterse en nuestra mente e imponernos qué pensar. De la misma manera podemos sustituir estos pensamientos por otros positivos o por imágenes. Por ejemplo: cada vez que identifiquemos una de estas ideas paralizantes dite con fuerza: “No, ya no voy a pensar en eso. Ahora elijo pensar en…(imagina la mejor solución posible para el problema en cuestión)”
Seamos amables, cariñosos y pacientes con nosotros mismos
La impaciencia es una resistencia a aprender. Deseamos tener la respuesta sin aprender la lección o sin dar los pasos necesarios. Puedes escoger ver tu mente como un trozo de jardín. Es un trozo de tierra en el que habrá muchas zarzas de odio a uno mismo, piedras de dolor, rabia, preocupación, tierra falta de alimento que la nutra. Es posible también que haya árboles llamados miedo, culpa, que necesiten una buena poda. Una vez que hayas limpiado el terreno de malas hierbas, zarzas, piedras, y hayas abonado bien el terreno, siembre algunas semillas de alegría y prosperidad. El sol brilla sobre tu jardín y la lluvia lo moja mientras tú lo abonas y cuidas amorosamente.
El proceso requiere su tiempo y aunque al principio parezca que no sucede gran cosa, si tienes paciencia las plantas crecerán y se llenará de flores. Lo mismo sucede en tu mente, tu seleccionas los pensamientos que vas a cuidar y si tienes paciencia verás como crecen y crean el jardín de experiencias que deseas. Es posible que a veces nos equivoquemos y cometamos errores. La única forma de aprender es de nuestros propios errores.
Seamos cariñosos con nuestra mente
Dejemos de culparnos y sentirnos culpables por tener pensamientos negativos. Son experiencias de las que aprender, no experiencias que nos derriban. Puede ser útil practicar ejercicios de relajación: colocándose en una posición cómoda hacer 4 o 5 respiraciones profundas. Al espirar di en silencio: “Me amo. Todo está bien” Son muy útiles también las visualizaciones. Visualicemos siempre resultados optimistas para todo lo que nos propongamos.
Elogiémonos
Empieza por cosas pequeñas. Dite a ti mismo que eres una persona maravillosa. Dítelo de forma regular. Cuando te mires al espejo cada mañana dite: “soy genial”, “me amo”, “soy una persona maravillosa”, o cualquier otra cosa positiva que se te ocurra. Cuando emprendas una nueva experiencias, no te critiques, elógiate por haberlo hecho lo mejor que pudiste en ese momento. Sé constante. Con elogiarte un par de veces no es suficiente.
Permítete pedir ayuda
La mayoría de nosotros nos hemos criado en la creencia de que debemos hacer las cosas solos y sin pedir ayuda. Especialmente en los temas que tocan emociones, sentimientos, etc. En lugar de intentar hacerlo todo solos, agotarnos y muchas veces no conseguirlo, la próxima vez pide ayuda. Amemos nuestros rasgos negativos Todos hemos hecho elecciones negativas en algún momento de nuestras vidas. Si nos enfadamos y/o castigamos por ello lo único que hacemos es perpetuarnos en esa elección. Ejemplo: un hombre creo una empresa con su hermano, pero por disparidad de opiniones la empresa fue a la quiebra. Continuamente pensaba en que podía haber hecho diferente, y se sentía fatal por haber emprendido aquella empresa. Este hombre no se daba cuenta de que ese “error” no era más que una experiencia de la que podía aprender una valiosa lección. Después de algunos talleres, este hombre comenzó a comprender y mejorar la relación con ese hermano y ahora han conseguido recomponer la empresa y venderla con grandes beneficios.
Cuando identifiquemos una pauta negativa podemos preguntarnos: ¿Qué beneficio saco de esta experiencia? ¿Qué hay de positivo en ella? Si somos honestos podremos aprender a satisfacer estas necesidades de una forma más positiva y no dañina para nosotros.
Algunas personas enferman como forma de llamar la atención de sus seres cercanos. Seguro que hay una forma más positiva de satisfacer esa necesidad que les lleva a buscar atención de forma tan dolorosa.
Cuidemos nuestro cuerpo
Nuestro bienestar depende en gran medida de cómo nos sintamos en nuestro cuerpo. Si no nos alimentamos de forma adecuada, no hacemos ejercicio, etc será muy difícil que nos sintamos bien. La aceptación y el respeto por nosotros mismos pasa necesariamente por el cuidado de nuestro cuerpo.
Son muy pocas las personas que conocen realmente cual es la forma de comer más adecuada para ellos: que tipo de alimentos les convienen, cuando, como deben de estar cocinados… Los alimentos procesados, refinados, el azúcar, la leche, etc son alimentos que deberíamos evitar en nuestras dietas. Podemos pensar: “pero yo no noto nada” En realidad es como echar una gota de barro en un baso de barro, no notamos nada. Y sin embargo si echamos una gota de agua en un vaso de agua limpia el efecto será abrumador.
Del mismo modo el cuerpo humano está hecho para estar en movimiento y no para pasarse 8 o 10 horas sentado en una silla.
Hagamos afirmaciones
Las afirmaciones positivas dichas con fuerza mirándonos en un espejo tienen resultados muy positivos. Como sabemos nuestras creencias crean nuestras experiencias. Nosotros elegimos qué pensar. Las afirmaciones positivas son formas de reprogramar nuestros pensamientos hacia otros más positivos y beneficiosos.
Las afirmaciones dichas con fuerza interior tienen un poderoso impacto en nuestro inconsciente, van creando nuevas experiencias y pautas de pensamientos. La constancia aquí es de suma importancia.
Aceptémonos ya en este preciso instante
No esperes a haber arreglado las cosas o a que los demás cambien para aceptarte y respetarte tal y como eres. El momento de poder está siempre en el presente, ahora.
A partir del momento en que nosotros nos queremos a nosotros mismos, atraemos a personas que también se quieren y que nos quieren.
El objetivo es conseguir el amor incondicional, y para lograrlo hemos de empezar por amarnos y aceptarnos a nosotros mismos.
No estamos aquí para contentar a otras personas o para vivir conforme a sus directrices. Sólo podemos vivir a nuestra manera y caminar por nuestra propia senda. Cuando abandonemos el planeta no nos llevaremos a nuestra pareja, coche, casa, etc., sino a nuestra capacidad de amar.
!Atrevete a ser feliz!